Ambos embalajes estaba en relativo mal estado pues el que desempaco la mercancía no pensó en reutilizarlos. Pero de los dos embalajes se hacía uno y hasta sobraba un poco. Armado con martillo, pata de cabra y alicatas. Rehice ese par de embalajes en uno solo y con una malla plástica que tenía de desecho convertí esta basura en un composteador.

Actualmente el compostero está comenzando a trabajar y planeo enriquecer alguna tierra que tengo muy pobre para sembrar algunas plantitas u hortalizas en mi jardín. Muchas veces tiramos cantidades criminales de basura y con un poco de creatividad podemos sacarle provecho. Otro día posteo otro ejemplo de aprovechamiento de embalajes de madera.